lunes, 1 de junio de 2009

EXISTE O NO UNA MENTE CRIMINAL

Algunos psiquiatras, psicólogos y sociólogos han creado una hipótesis que impide el desarrollo de una cordura social. Me refiero al de la "mente criminal". Como si se tratase de un concepto definido y natural. Una mente criminal estría definida como incapaz de distinguir entre el bien y el mal.
La "predestinación" a que un ser dañe a su propia clase, a su propio grupo, a su propia sociedad sin que este tuviera control de sus actos. Por lo tanto un ser con una mente criminal que cometa actos dañinos, sin poder distinguir entre el bien y el mal no es un criminal, sino un desentrenado social y no sería responsable de sus actos, sino la sociedad que falló en su entrenamiento. El crimen, en todo caso, sería la indiferencia de un hombre "cuerdo" para optar por lo que él mismo consideraría normalmente racional. Pero supongo que para hablar de una mente criminal, primero tendríamos que definir el adjetivo "criminal".
Crimen es el nombre que se le da a las actividades que transgreden los intereses que estipula la ley. Ley que es escrita por un grupo de personas en las que en la mayoría de los casos no le confiaríamos nuestro dinero, si no fuera porque las leyes que ellos escriben nos obligan a hacerlo.Para mi, Criminal, no es mas que un adjetivo muy ambiguo, que necesita de algo o alguien que lo defina de caso en caso. Por ejemplo, en Singapur es un crimen mascar chicle, y ni digamos de darse unas medallitas con los panas en Omán.
En el peor de los casos, ¿es el aborto un crimen?... Esto nos plantea ambigüedad al momento de definir esa línea imaginaria que separa lo que es criminal y lo que no lo es.El problema que ha llevado a estos encargados de la salud mental a refugiarse en eso de la "mente criminal" es que los sistemas de correccionales del estado que los contrata no han reformado ni reducido lo criminal, por lo que prefieren achacarle a la condición natural de criminalidad sus propios fracasos. Es mi opinión que en esta sociedad no existen las herramientas para establecer, fuera de toda duda razonable, la existencia de la mente criminal.
En todo caso es la sociedad la demente, ya que condenamos los mismos crímenes que cometemos bajo el amparo de la legalidad. Al mismo tiempo que condenamos a un Ted Bundy o un Toño Bicicleta, colectivamente aprobamos acciones como los ataques nucleares a Japón, el bloqueo económico a Cuba y la invasión a Panamá.En todo caso la tan mentada mente criminal es una actitud antisocial fundamentada en los prejuicios de una sociedad incapaz de trazar unas normas equilibradas de convivencia. Donde se fuerza a los individuos socialmente despreciados a vivir juntos, lo que desencadena en una visión colectiva de apatía y desquite contra quienes ellos entienden los marginan.La brutalidad policiaca, la no deseabilidad de estas personas en la competencia justa de empleos con mejores condiciones, la marginalidad educacional, los decadentes o no existentes servicios médicos, la arrogancia de interacción social con que se les trata, la no imparcialidad judicial que viven y muchos otros métodos de indiferencia y desprecio colectivo son tierra fértil para el tipo de conducta que quieren llamar mente criminal.
Esto nos conduce a un estado de decaimiento e histeria social que motiva a la creación desesperada de leyes que se traducen en más condiciones desventajosas y represoras que dan pie a más sentimientos de no pertenencia y sed de venganza...

PSICOPATAS


HENRY LEE LUCAS
Henry Lee Lucas era un sádico bisexual que asesinó a once personas incluyendo a su propia madre, Viola Lucas, que le parió sin querer tenerlo y le crió a palizas.
Siendo crio vio a su madre prostituirse pero quizás le hiciera más daño ver cómo su madre golpeaba también a su padre, Anderson Lucas, un alcohólico al que le faltaban las piernas, o peor aún, soportar que le vistieran como si fuera una niña. Por supuesto se crió desnutrido, sin atención, sin educación ni valores. Sus primeras experiencias sexuales las mantuvo con animales a los que violaba para luego asesinarlos.
En 1950 los padres tuvieron una discusión que terminó con la marcha del padre. Para cuando lo encontraron al día siguiente estaba muerto y congelado en el bosque. Henry Lee no quiso quedarse a vivir solo con su madre y se marchó también pero como era joven y no sabía hacer nada se dedicó a robar, lo que le llevó a reformatorios y a la penitenciaría.
En la cárcel tuvo sus primeras experiencias sexuales con hombres y cuando salió de allí, por el 59, volvió a casa de su madre pero para asesinarla y luego hacer el amor a su cadáver. Henry Lee Lucas se estaba vengando a su manera. Por supuesto le detuvieron y le sentenciaron a prisión y cinco años de reclusión en un centro psiquiátrico. Allí se le diagnosticó como suicida y psicópata sádico y se mencionaron diversas desviaciones sexuales.
En 1970 y sin estar curado abandonó la cárcel y se marchó a vivir a casa de su hermana y su cuñado. Estos estaban engañados respecto a su salud. Le creían curado. Henry Lee trató de no llamar demasiado la atención pero se cargó al perro de la familia.
Más adelante se casó con una amiga de su hermana que tenía dos hijas. Ella trabajaba y él solía quedarse en casa con las niñas. Henry Lee violaba a la pequeña (8 años) y obligaba a mirar a la mayor (9 años).
Un día, ¡toda una bendición para las niñas!, abandonó a la familia y se largó a recorrer el país.
Estuvo asesinando en solitario hasta que en Miami conoció al que se convertiría en su amante y consejero: Otis Toole, un psicópata apodado "el caníbal de Jacksonville".
A Henry Lee Lucas se le relacionó con unos 300 casos más aunque él habló de 900.
Su vida se hizo pública en el mundo cinematográfico cuando John McNaughton la narró en 1989 en el largometraje "Henry: retrato de un asesino

OTIS TOOLE, el caníbal de Jacksonville
Otis Toole vivió una infancia lúgubre y de abusos marcada por una abuela satanista y una hermana que le sometió a todo tipo de perversiones sexuales desde que Otis tenía seis años. A los 7 años ya se vestía de niña, era algo retrasado. Se libró de su hermana cuando a ésta la metieron en un reformatorio pero se hizo amante de un vecino.
Le fascinaba el fuego y se masturbaba después de prender fuego a una casa. Se convirtió en un adicto sin recuperación a las drogas y el alcohol antes de cumplir los diez años.
Con 13 años se ofrecía gratis para hacer felaciones a los borrachos, con 14 años cometió su primer asesinato y cuando tenía 25 ya había cumplido trece condenas. Una de las ocasiones en que fue pillado y detenido fue intentando ligar a homosexuales. Entre el grupo había un policía y éste terminó llevándoselo a la comisaría.
HENRY LEE y OTIS
Años después Toole se enamoró de Henry Lee Lucas sin saber que ambos tenían la misma perversión necrófila (entre otras cosas en las que también coincidieron). A Otis le faltaba la inteligencia que tenía Henry Lee, y a éste le faltaba la fuerza bruta de Otis. Ambos descuidaban su higiene pero lograban acercarse a las personas por su "simpatía".
Juntos se dedicaron a asesinar y descuartizar por la autopista I-35 repartiendo luego los trozos por todo el país, lo que hizo que la policía tuviera problemas para encontrar pistas. Henry Lee Lucas violaba y asesinaba preferentemente mujeres con cuchillo, y Otis se dedicaba a los hombres y les disparaba.
Otis no abandonó su piromanía y juntos quemaron vivo a un anciano en su casa.
Una sobrina quinceañera de Otis que parecía tener diez años se unió a la pareja en sus andanzas. Llamaba a las puertas de las casas y cuando se abrían las puertas entraban de golpe. Se hizo novia de Henry y los problemas con Otis comenzaron, porque Henry, que quería comportarse como una persona normal, dejó de asesinar para dedicarse a su novia. Durante un tiempo incluso se dedicaron a cuidar de una anciana, pero Henry no aguantó mucho tiempo y se largaron a la carretera. Tras vivir en otro pueblo la joven pidió a Henry que le llevara a ver a su familia a Florida. Esto no gustó a Henry pero aún así aceptó. Hicieron auto-stop y surgió una discusión que terminó con la jovencita asesinada con el famoso cuchillo de Henry, directo al corazón. Una vez muerta le hizo el amor. Este sucio psicópata diría más adelante que aquel fue el mejor polvo con su chica.
Como no debía ser muy lúcido volvió a visitar a la anciana que la chica y él estuvieron cuidando sólo para asesinarla y esta vez había pistas tras él. Al final fue detenido y terminó confesando no sólo sus dos últimos crímenes sino tantos otros de los que ni siquiera era sospechoso.
Con Henry Lee caía también Otis, que fue detenido y hasta confesó haber compartido algunos de los crímenes de su amante. En sus declaraciones, Otis dijo haber pertenecido a una secta satánica para la que secuestraban niños que luego les servían para sus sacrificios rituales o incluso snuff-movies. Además confesó haber ganado dinero vendiendo niños a México que utilizaban bien para venderlos a gente rica, bien para que los usaran en películas pornográficas.
Entre sus aterradores confesiones está la de haberse comido partes de cadáveres, beberse su sangre, o violarlos después de mutilarlos. Enfermos y para que les hicieran lo mismo a ellos pero...
A Otis le cayó cadena perpetua y murió finalmente en la cárcel, y a Henry, pena de muerte. Esta fue rechazada finalmente en 1988 y Henry siguió vivito y coleando en prisión con un cómputo de 11 asesinatos demostrados. Vergonzoso.